DÍA DEL LIBRO 2014
No hace
mucho tiempo que celebramos el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor,
pues comenzamos a hacerlo en 1996, desde que la UNESCO, en 1995, decidiera ‘rendir
un homenaje universal a los libros y autores en esta fecha, alentando a todos,
y en particular a los jóvenes, a descubrir el placer de la lectura y a valorar
las irremplazables contribuciones de aquellos quienes han impulsado el progreso
social y cultural de la humanidad.’
Es un
acontecimiento que debemos aprovechar para fomentar la lectura entre todos y,
especialmente, entre los más pequeños, haciéndoles disfrutar del placer de leer
y escuchar grandes y pequeñas historias.
Para
empezar, conviene que nuestros alumnos sepan que el 23 de abril se celebra el
Día Internacional del Libro y que se ha elegido esta fecha porque un 23 de
abril de 1616 fallecieron Cervantes, Shakespeare y Garcilaso de la Vega.
Pero no nos
vamos a entristecer recordando la muerte de estos grandes de la literatura, si
no que vamos a celebrarlo. Y para ello podemos realizar muchas actividades
desde el centro escolar que siembren la semilla del gusto por la lectura.
Continuaremos
con una leyenda…
Hace mucho,
mucho tiempo, un terrorífico dragón estaba causando estragos entre la
población. Un día, en el que el monstruo iba a devorar a la princesa de ese
reino, el caballero Jorge salvó a la dama de sus garras, matándole con su
espada. La sangre que brotó de la herida del dragón cayó al suelo y de ella
nació un rosal de rosas rojas. El caballero arrancó una rosa y se la entregó a
la princesa… Y cuentan que, desde entonces, los caballeros entregan una flor a
sus damas el día de San Jorge, que coincide con el Día del Libro. A cambio, las
damas regalan un libro a sus caballeros.
Esta
tradición, arraigada en Cataluña, se ha ido extendiendo por el resto de la
geografía y hoy se celebra en muchos otros lugares. Afortunadamente, ya no es
exclusivo de las mujeres regalar libros, ni de los hombres regalar flores.
Todos podemos regalar a todos, amigos y familiares, una flor y un libro para
celebrar la fiesta de la literatura.
La historia del libro"EL LIBRO DE ADA" es una publicación audiovisual, escrita por Fernando Alonso y editada por la Dirección General del Libro y Bibliotecas del Ministerio de Cultura. Consta de 8 capítulos que os van a gustar...
Ada comprende la necesidad de dejar sobre papel lo que el viento, la lluvia y las
olas no le permiten.
Ada "la ilustradora" y Miguel "el escritor" deciden unir esfuerzos y trabajar juntos para crear "las palabras vivas" .
Ada y Miguel, quedan tremendamente decepcionados al ver el estado en que vuelve a sus manos el libro "Las palabras vivas" después de pasar por las manos de todos sus compañeros de clase.
Ada "la ilustradora" y Miguel "el escritor", con la ayuda del resto de la clase, deciden hacer varias copias del libro "Las palabras vivas"; pero el resultado es de nuevo una decepción para ellos. No hay dos libros iguales. Comprenden entonces la necesidad de encontrar un editor que publique su libro.
Ada y Miguel, con la ayuda de su compañero Jorge, acuden hasta la editorial del padre de este último. Allí conocen lo que es una editorial y las dificultades inherentes a la publicación de un libro. El padre de Jorge decide "arriesgar" y publicar "Las palabras vivas".
Ada y Miguel visitan los talleres en donde se está imprimiendo su libro. Paso a paso, día a día siguen los distintos trabajos que se desarrollan en aquella imprenta. Al término de aquel largo y complicado proceso "Las palabras vivas", por fin, llega a la librería.
Desde que se publicó su libro, Ada y Miguel, no dejaban pasar un día sin ir a visitarlo al escaparate de la librería. Un día la dueña de la librería les llamó por teléfono. Había organizado una fiesta para presentar el libro y los autores debían asistir para que todos los conocieran.
Ada y Miguel, acompañados de su maestra y del resto de niños y niñas de la clase visitan la biblioteca pública. Después de esta visita deciden buscar un sitio más cercano donde poder ir a leer. Nace así la biblioteca infantil "El faro del arco iris".
Y para terminar, me gustaría dejar el manifiesto del DÍA DEL LIBRO 2014, de una gran escritora como es ALMUDENA GRANDES.
DÍA INTERNACIONAL DEL LIBRO
Todos somos Robinsón
Almudena Grandes
Escribir un libro es inventar una isla desierta, modificar con un punto apenas perceptible el mapa de los sentimientos, de las emociones humanas, para desear fervientemente un naufragio, la llegada de ese Robinsón desnudo y desarmado que somos todos los lectores cuando abrimos por primera vez un libro.
Yo he creado algunas de esas islas, pero he colonizado muchísimas más. He nadado centenares, quizás miles de veces, hasta el barco, y he vuelto remando, con madera, con lienzos, con comida, con armas y municiones para defender mi casa. Y en muchos de esos viajes, un grano de trigo ha caído en la tierra sin que yo me diera cuenta, y el sol y la lluvia lo han hecho germinar, y ha crecido una espiga para que yo pudiera cosecharla, y molerla, y fabricar por fin mi propio pan, un pan que me ha alimentado mucho más que las tostadas que desayuno todos los días.
Yo he aprendido muchas más cosas en los libros que en la vida, y he sido feliz, y desgraciada, y me he reído, y he llorado, y me he asustado, y me he emocionado, y me he enamorado, y me he desenamorado muchas más veces, porque los libros viven, laten, palpitan con su propio corazón. La literatura es el telar donde Penélope teje cada día con los hilos de la vida humana el sudario que desteje cada noche para empezar otra vez, apenas sale el sol, desde hace miles de años.
La lectura y la escritura son dos caras de la misma moneda, una isla desierta y su náufrago. Yo lo sé bien, porque fueron los propios libros quienes me abocaron a escribir libros, y si antes no hubiera vivido leyendo, nunca habría podido empezar a escribir. Cuando descubrí la extraordinaria capacidad de la literatura para multiplicar y enriquecer mi vida, la prodigiosa generosidad con la que desplegaba ante mis ojos una infinidad de aventuras, de lugares, de identidades múltiples que sin embargo eran capaces de superponerse sin conflicto alguno a mi propia identidad, para coexistir con el tiempo y el espacio de mi vida verdadera, me enganché a los libros como otros se enganchan al ejercicio físico, al alcohol, a la velocidad o a la música. Y si alguna vez, aquel fervor se identificó con la necesidad de autoafirmación de todos los adolescentes, pronto empezó a confundirse con el puro instinto de supervivencia de los adultos.
Eso sigue siendo tan cierto que, si en este momento, alguien me obligara a elegir entre vivir sin leer y vivir sin escribir, estoy segura de que acabaría renunciando al oficio que he perseguido desde que era una niña que decía que iba a ser escritora. Porque tal vez sería capaz de llegar a ser feliz trabajando en otra cosa –una librería literaria, una papelería bien surtida de rotuladores y lápices de todos los colores, una ferretería empapelada de cajoncitos con tuercas y tornillos, o una huerta- pero, para mí, vivir sin leer ya no sería vivir, sino un sucedáneo insoportable de la vida.
¿Quieren ustedes vivir? Lean. ¿Quieren vivir más años, con más intensidad, más variedad, más alegría? Lean más. Déjense llevar por las eternas mareas de una pasión inmortal y no teman a las olas. Al otro lado de cualquier océano siempre hay una playa, una isla, un mundo completo que sabrá llamarles por su nombre y un grano de trigo que les está esperando.